El certificado energético es un documento que evalúa y acredita la eficiencia energética de un edificio o vivienda. Este certificado determina la calificación energética de una vivienda a través de la valoración de la cantidad de energía que se consume para satisfacer las necesidades de calefacción, refrigeración, agua caliente sanitaria, ventilación e iluminación.
Obtener este certificado es un requisito legal que ofrece ventajas como la reducción de costes energéticos y el aumento del valor de la propiedad. A continuación, te explicamos qué es el certificado energético y cómo interpretar su clasificación para sacarle mayor provecho a sus beneficios.
Ventajas de la calificación energética de una vivienda
Obtener el certificado energético y conocer la calificación energética de una vivienda de las viviendas supone una serie de ventajas para los consumidores:
- Aporta información sobre el consumo energético del inmueble. Esto permite a los consumidores comparar opciones y tomar decisiones conscientes basadas en las propias necesidades y beneficios económicos.
- Permite conocer la calidad energética de la edificación para realizar mejoras, especialmente las relativas al aislamiento térmico de paredes, techos y suelos y a la eficiencia de los sistemas de climatización.
- Posibilita la opción de solicitar ayudas y subvenciones públicas destinadas a la mejora de la eficiencia energética de los edificios.
- Aporta beneficios fiscales expresados en la reducción del IRPF, las bonificaciones en el IBI, la reducción del ICIO y en otros impuestos locales.
De esta forma, el certificado energético promueve el ahorro económico, el fomento de las inversiones sostenibles y el aumento del valor de las propiedades.
Significado de la calificación energética de una vivienda
La calificación energética de un certificado se expresa a través de distintas letras, de la A a la G, en función del consumo de energía y la eficiencia energética de los inmuebles.
Una calificación alta (A o B) indica que los inmuebles tienen un consumo de energía muy bajo y una alta eficiencia en el uso de los recursos energéticos. Esto se traduce en menores costes de operación y mayor ahorro económico. Por lo tanto, es la mejor opción dentro de las posibilidades de calificación energética.
A su vez, las calificaciones más bajas serían las referentes a las letras E, F o G, siendo esta última la peor opción posible. Estas clasificaciones hacen referencia a inmuebles con una eficiencia energética muy baja y altos consumos de energía. Por lo tanto, es una señal para identificar aquellas áreas de mejora en los edificios, para atenderlas y mejorar su eficiencia.
En la siguiente tabla se detallan los valores de eficiencia energética y el consumo de energía de cada clasificación en un certificado energético:
Calificación energética | Eficiencia energética | Consumo de energía |
A (Máxima eficiencia) | Muy alta | Muy bajo |
B | Alta | Bajo |
C | Buena | Moderado |
D | Aceptable | Aceptable |
E | Baja | Elevado |
F | Muy baja | Elevado |
G (Mínima eficiencia) | Muy baja | Muy elevado |
Causas de obtener una mala calificación energética
La calificación energética G es la peor clasificación que puede recibir un inmueble en términos de eficiencia energética. Esta calificación indica que la propiedad tiene un consumo de energía muy alto y una capacidad mínima para conservar la energía, lo que resulta en costes elevados y un impacto ambiental significativo. Así, las principales causas de una mala calificación energética son:
- Aislamiento térmico deficiente de paredes, techos y suelos. Un mal aislamiento permite la pérdida de calor en invierno y la acumulación de calor en verano y puede ser provocado por la falta de materiales aislantes adecuados o por ventanas y puertas mal selladas que impiden la filtración del aire exterior.
- Sistemas de calefacción y refrigeración antiguos que necesitan consumir más energía para producir los mismos resultados que sistemas modernos.
- Sistemas de iluminación antiguos y poco eficientes como bombillas incandescentes o fluorescentes, que aumentan el consumo de energía en comparación con las bombillas LED o fluorescentes compactas.
En definitiva, los edificios antiguos que no cumplen con los estándares modernos de eficiencia energética tienen más posibilidades de obtener una calificación G y no poder llegar a las calificaciones más altas.
¿Cuándo es obligatorio el certificado energético?
El certificado energético es un requisito legal para la venta o alquiler de inmuebles, tanto los de nueva construcción como los antiguos que se ponen a la venta o alquiler. Aun así, existen algunos edificios exentos de contar con el certificado energético, según el Real Decreto 390/2021 en España:
- Edificios con superficie útil total inferior a 50 m².
- Edificios usados menos de 4 meses al año o con consumo energético muy bajo. Se refiere a aquellas viviendas o unidades que se usan de manera muy esporádica, como casas de vacaciones o alquileres de temporada. En estos casos, el consumo energético no puede superar el 25% del consumo anual total. Además, es obligatorio que el propietario presente una declaración oficial que justifique este uso limitado y el bajo consumo de energía.
El incumplimiento de estos requisitos puede suponer sanciones económicas y complicaciones legales al no cumplir con la normativa vigente.
Estos son todos los elementos clave que te ayudarán a comprender mejor la interpretación del certificado energético, sus características y sus beneficios. En BeLogic ofrecemos soluciones personalizadas para conseguir la calificación A en eficiencia energética a través de la aerotermia y la instalación de paneles solares. Solicita tu presupuesto en ventas@belogic.pro o llama al 959 971 223 para obtener más información. ¡Comienza a ahorrar y a contribuir al cuidado del medio ambiente hoy mismo!
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